La Justicia se alza en lucha

La pasada semana estuve hablando con un abogado que es familiar de un Juez de lo Social en Madrid, y me transmitía la sensación de desasosiego cuando menos de dichos profesionales ante la inmensa carga de trabajo que vienen asumiendo. En su caso, el número de asuntos que ingresaba su Juzgado al año rondaba los 2.800, lo que supone que cada día debe tramitar, enjuiciar y dictar más de 10 sentencias, lo que materialmente es imposible.
 
Logicamente, el retraso de dicho Juzgado, como el de todos los juzgados de España, es antológico.
 
La planta judicial española es insuficiente, dado que teníamos una media de 10 jueces por cada 100.000 habitantes. Alemania, que ahora está tan de moda como modelo, tiene 25.
 
La solución pasaría obviamente por ampliar el número de jueces – en este momento 4.000 en la base de la pirámide- pero desde el gobierno se toman medidas en sentido exactamente contrarias. Por un lado, se reducen las plazas ofertadas en las convocatorias de oposiciones a la carrera judicial a apenas 50 y por otro lado se elimina el sistema de jueces sustitutos. Estos últimos son ni más ni menos que el 25% de la base de la pirámide, por lo que el ratio de jueces por cada 100.000 habitantes nos deja a la altura de las repúblicas bananeras.
¿Quien hará ahora el trabajo de estos jueces sustitutos? Según el ministro de justicia los jueces titulares – recordemos que alguno tiene 2.800 asuntos al año- deberán repartirse el trabajo que venían haciendo los jueces sustitutos.
 
A esto se añade las medidas como las tasas judiciales cuya constitucionalidad se ha puesto en tela de juicio y que tampoco cuentan con el respaldo de la judicatura, pese a su tímida reforma reciente.
Para colmo, se suma la reforma que del Consejo General del Poder Judicial, que es el órgano de gobierno de los jueces, se ha hecho.
Personalmente me parece que desde la judicatura se está empezando a tomar medida al gobierno y a la clase política por lo esta es la respuesta del gobierno ante un colectivo que no controla. Por salud democrática espero que esta división de poderes se mantenga en un adecuado equilibrio.

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